Como dice la canción cuando nadie me ve puedo ser o no ser.
Hoy mientras hacía las temidas labores del hogar me vinieron recuerdos a mi cabeza, esos recuerdos que no sabes porque pero se habían ocultado tan adentro que casi ya estaban borrados y de repente afloran para llevarte a un lugar maravilloso. Me llevaron a mi mas adentro, hacia tiempo que no me sentía como en esos recuerdos, quizás porque me he acostumbrado demasiado a esconderme y solo soy así cuando nadie me ve, o simplemente he cambiado tanto que ya no volveré a sentirme así. No digo esto con tristeza ni siquiera con añoranza, simplemente he sido consciente de los cambio que un ser humano puede asimilar como las situaciones por las que vamos pasando sin darnos cuenta nos van modelando el alma el ser la personalidad el pensamiento y que poco somos consciente de ello.
Hoy comenzare la historia de mi cambio hace 18 meses nació mi hija Martina, esto que parece algo normal y sencillo para mi fue un momento de dolor, culpabilidad y de miedo. Mi hija nació con tan solo 26 semanas de gestación (6 meses) con un peso de 980grm, recuerdo cada minuto de todo el proceso estábamos de vacaciones descansando y cogiendo fuerzas para lo que supuestamente se avecinaba "la recta final del embarazo", después de un largo paseo por la playa acompañada por el amor de mi vida al llegar a casa note que algo fallaba, pasé la peor de las noches ya que no sentía a mi hija y eso no me había sucedido nunca mi cuerpo se estremecía y mi mente me daba indicios de que algo no iba bien.
A las 6 de la mañana decidí marcharme a que me miraran en urgencias, aun no era consciente de lo que iba a pasar, fué en ese viaje de tan solo 60 km hacía casa para coger la documentación medica cuando la pesadilla comenzó empece a notar las contracciones y estas cada vez eran mas seguidas al llegar al hospital aun recuerdo la cara de la persona que me atendió y me cogió la mano "cariño estas de parto, tranquila ahora te vamos a poner un gotero y en ambulancia te vamos a trasladar al hospital para que todo salga bien" fueron las palabras más duras que he escuchado nunca pero miré sus ojos y en ellos encontré la calma aunque sabía que comenzaba para él lo peor ya que sus dos mujeres corrían peligro, pero no perdió la sonrisa.
En la ambulancia encontré a las dos personas más maravillosas del mundo, cuanta calma y sobre todo que empatía con el paciente, muchos pensarán que es su trabajo pero os puedo asegurar que esas personas para mi fueron ensenciales, al llegar al hospital de Jerez de la Fra. nos dan la noticia que no tienen camas para neonatos y que me tienen que trasladar a Cádiz pero que están muy ocupado que ya nos dirán y aquí comienza la odisea yo en una camilla con contracciones y sola en una habitación escuchando como desde fuera mis familiares gritaban que por favor dieran los permisos ya para que la ambulancia pudiera salir hacía el hospital que la vida de su hija,mujer, nieta ... corrían peligro. Ellos de vez en cuanto entraban a verme y me decían "tranquila cariño que todo está bien son meros tramites pero ya nos vamos" yo los miraba sabiendo que no estaba bien pero les sonreía y les decía "ya ya no pasa nada tranquilos" cuando cerraban la puerta y en la soledad tocaba mi barriga y entre lagrimas le pedía a mi hija que fuera fuerte, pasada 1 hora de reloj escuche algo que no imagine "mire soy conductor de ambulancia y me voy a saltar todos los protocolos porque esa chiquilla tiene que tener a su hija y yo voy a hacer que nazca viva me da igual todos sus putos protocolos" entonces entro y me dijo "cariño tranquila ves en mi ambulancia el dibujo del avión pues eso es porque voy a sacar las alas para llegar a Cádiz volando" me cogió la mano y en ese momento sentí una calma inexplicable. Y así fue viajé hacia el que sería mi nuevo hogar por un periodo de 62 días, pero eso ya es otra historia.